El presente  documental es producto de una investigación antropológica que se  lleva a cabo desde hace varios años, en las comunidades de PKR en la provincia de Napo, poco después de la pandemia de Covid 19. La investigación se centra en el papel del yachak para hacer frente a la pandemia dentro de las comunidades,   y el uso de  su conocimiento en medicina tradicional y los usos de  plantas curativas  de la chakra. La investigación se realizó con la cámara como herramienta, que en palabras del enólogo cineasta Jean Rouch, entabló una “antropología compartida”, es decir un diálogo ritual entre los actores sociales, los antropólogos cineastas, la cámara participante y el espectador.   

Durante este proceso conocemos a Yaya Urku (Maximiliano Shiguango), Yachak de la comunidad de Rukullakta. Urku se ha dedicado a la medicina tradicional desde hace más de 20 años y  es uno de los sabios que, de cara a la pandemia,  reanima algunas de las antiguas prácticas de curación de su pueblo con la ayuda de Yaya Jumandi. 

En medio de la crisis sanitaria todos ellos se dedicaron a recolectar las plantas cultivadas en la chakra y recoger otras que se encuentran en los bosques para ensayar distintos preparados en busca de una cura para esta nueva epidemia. 

Pero sin duda, la parte más importante de este proceso fueron los saberes de los antepasados, recordar cómo curaban las enfermedades respiratorias y otros males, fue clave para guardar la salud de la familia y la comunidad.      

Este documental reflexiona sobre la importancia de la salvaguarda de los saberes comunitarios, y la puesta  en valor del esfuerzo de los pueblos amazónicos  por rescatar el antiguo conocimiento del bosque, y así hacer frente a la crisis sanitaria. Este trabajo reconoce el papel que jugaron las plantas medicinales y los saberes ancestrales durante la pandemia, pero sobre todo de aquellas personas que lucharon desde su comunidad por la salud y la protección de los seres humanos y la naturaleza.